viernes, 9 de agosto de 2013

Onassis

        Cada cierto tiempo, a veces semanas, a veces meses, aparece por la librería un hombre con una lista de libros escrita -en rotulador Edding 1200 azul- sobre un trozo de papel. Es un tipo meticuloso, bastante excéntrico. Se acerca, mira un poco sobre el mostrador y saca el papel escrupulosamente plegado de la gabardina:
            -¿Tiene Ud. algo de esto?
            Lo tiende hacia mi, lo cojo, hago como que lo leo con interés y se lo devuelvo haciendo una mueca.
            -Lo siento, no me ha entrado nada esta vez.
            Aunque conozco la lista de memoria –Onassis, Dove, Álvaro Baeza, Hitler (de Bruguera)-, siempre la leo para que el hombre no se sienta decepcionado. Y a veces, algunas veces, porque el listado trae novedades, o porque algunos títulos se han caído de la lista definitivamente. Por ejemplo, en la última ocasión, al final traía un título añadido, un tema que era la primera vez por el que mostraba interés: “Operación Malaya”. Y la verdad, desconozco la bibliografía pertinente sobre el escándalo marbellí, pero andaba por aquí un título que versaba sobre otro conocido caso de corrupción patrio, y que el tipo no dudó en abonar los 20 euros que le pedí por el folletín.
            Es buen pagador. Algo excéntrico, como digo, pero educado y buen pagador. Ese día solo se llevó ese libro, pero en otras ocasiones se los ha llevado hasta de tres en tres. Hubo una larga temporada que no le vimos, durante la cual hicimos acopio de hasta tres ejemplares de Dove. Y cuando apareció el señor envuelto en su gabardina, ya al final de la primavera, se le encendió el rostro al ver los libros, casi en perfecto estado de conservación.
            Sí, no sé muy bien por qué, pero el tipo se lleva el mismo libro repetido. No sé cuántas biografías de Onassis le he podido vender, ni cuántos Hitler de Bruguera. Quizá los quiera para regalar. O a lo mejor le gusta acumularlos. O quien sabe, sólo los quiere para destruirlos. Pero lo cierto es que cada día se va haciendo más difícil encontrar libros de la lista, y yo me temo que es porque poco a poco ha ido acaparando todos los ejemplares, y ya quedan muy poquitos en circulación.
            Como digo es un tipo raro. Pero si por casualidad cae en mis manos algún libro de Onassis, de Dove o alguno de los de Álvaro Baeza, esos ya sé que los tengo colocados.